Ayer estaba sumida en el dolor, Ayer no veía más allá de la oscuridad, Ayer solo escuchaba en mi mente, ecos de palabras hirientes.
Ayer pedí al cielo que ayude a mis pensamientos, por que los buenos me abandonaron y me dejaron solo con los de dolor y sufrimientos.
Hoy solo con una palabra de tu boca brotaron sentimientos como agua de manantial, que refrescaron mi memoria, llevándola a la luz.
Hoy recordé “un lecho endurecido “que es la frágil prueba de que mi cuerpo, vibra y se extrémese y de que mi alma siente y no por ser fría.
Hoy recordé un lugar oscuro con paredes de cristal, hoy recordé un hilo de insistente brisa, qué logro colarse entre nuestros cuerpos.
Hoy recordé un dulce beso, una caricia sutil, un abrazo tierno, qué me hizo pensar, que tal vez el Ayer es un triste recuerdo que hace que hoy quiera pensar en mañana…
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