Dios ni siquiera un mar completo podría ahogar este averno que se instaló en mi Corazón, ni siquiera gotas de la más helada nevada podría apagar el fuego que calienta mi cuerpo, es que disfrutas asiéndome mal o no te das cuenta lo que provocas en mí, es que no te das cuenta que te llevaste los colores de mi arcoíris que te llevas mis ganas de sonreír.
Me he prometido una y mil veces no llorar y aun así termino haciéndolo en el mismo sitio de todas las noches, he dejado de vivir, porque lo que hago solamente es respirar por necesidad, caminar para no ser fantasma, hablar para no ser vil, mirar y ver o solo al vacio.
La verdad desconozco como aguanta el corazón la descarga diaria de triste realidad, solo vivo desfalleciendo y sin ánimos, mi alma se encuentra en medio de una tempestad y yace allá lejos de mi cuerpo, este será mi último intento por que la grieta que tú mismo abriste ya no me deja respirar y se ha convertido en un infierno que ya no puedo soportar.
1 comentario:
Ailyn... vale la pena intentarlo una y mil veces, no te hundas en la depresión voluntria...saca la casta, lucha, manten tu fuego ardiendo...Dios conoce cada uno de tus cabellos...
Un fuerte abrazo espiritual
con todo cariño
LIBELULA
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