El poema que nunca escribí sabe a viejo y huele a caña, ese poema se pierde entre mis dedo con la fluidez del rio desembocando en el mar, con la sensatez de que faltaron a miradas y sobraron palabras.
Ese poema inocuo de maldad, a ese poema le faltaron señales, ese poema fue un sueño y no una realidad, el navego por mi mente buscando una salida y está allí como musa intermitente entre mis mundos.
Tu poema inequívoco de dulce melodía y canto infinito tu que yaces allí como niña petulante adherido a mi mente, tu que tienes la mirada altiva y la sonrisa retorcida.
Tú que al final eres y terminas siendo mi todo y mi todo termina siendo tu, qué me dejas atrapada en un círculo vicioso donde estoy por ti un circulo del cual quiero salir porque ya tú no eres suficiente para mi vivir.
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