jueves, 25 de febrero de 2010

locura..

A la luz de un inocente y desgastada vela que se ve asediada por el viento, apoyada sobre una inservible mesa, paso largas hora encerrada en mi delirio....tratando de sobrellevar la agonía, en este mundo que he creado sobre la inocencia de un papel con la amargura de mi tinta, ese mundo germina suspendido en el aire y se creo de una fantasía.

Mientras afuera los días vienen y van, la esperanza se va apagando en la cotidianidad de mi mundo, y yo vivo entre la fragilidad y la crueldad que arremete contra mi vida y se mezcla en este raído papel.

Encerrada aquí mis noches desprenden el aroma inconfundible de la soledad...y mientra mi pobre corazón solo vive de anhelos y de agonía mi razón, no logro vislumbrar la línea invisible que separa la cordura de la locura, ya mis letras no tienen sentido mas que para esta pobre trastornada.

Mírame a los ojos y dime lo que vez pues una nube negra se instalo en mi mirada y no logre ver ni siquiera en el espejo mi reflejo, creo que si lo que siento es de humanos desearía ser otra cosa, si...es así de profundo mi sentir, no se en que lugar del cuerpo se aloja solo se que esta hay, y el muy maldito no mitiga solo se acrecienta a cada respiro que doy....

Ninguna punzada es igual todas son diferente, todas tienen un matiz distinto una profundidad incierta...que me hace pensar que ya no soy la mujer que se mira en el espejo mas bien soy la que mira desde adentro

2 comentarios:

tonymoca dijo...

Mirarse desde dentro es mejor, dejando a un lado lo superficial, en este caso sólo espero que esta expresión que acabo de leer sea una obra maestra de la nostalgía de una mente muy inquieta y no de una experiencia personal.

Un abrazo ...

Anónimo dijo...

Todos pasamos en algún momento de la vida por ese estado de derrotismo, donde sientes que has perdido la razón, que estás a la deriva sin rumbo .... pero es sólo un instante, lucha para que cambien las cosas y eso no lo puede hacer nadie por ti, sólo tu tienes la fuerza interior para hacerlo.

Un abrazo