martes, 30 de junio de 2009

entrega


Unos besos inocentes que me roban el aliento, unos brazos tibios que me calman el frio, unas manos suaves que me estremecen, una mirada tierna que me acelera la respiración, una caricia furtiva que me hace perder la razón, un hombre al que le regalo mi corazón.


Quiero sentir tus besos peregrinos que me empañen la razón, cumplir tus sueños, enseñarte a ser capitán en el velero de mi cuerpo, como lo haría un maestro, besar tu pelo húmedo, que tus brazos calientes rodeen mi cuerpo, que tu piel ardiente de deseo me queme por dentro.


Sentir el apetito de tus manos por descubrir lo que espera allí por ti, ver tu cara cuando recorra con mi boca tu cuerpo, y llegue a tu punto medio probar el sabor de tu piel nueva para mi paladar que sea perpetua nuestra unión.


Envolverte entre el cálido rio de mis labios, que navegues en el mar de sensaciones de mi cuerpo que conozcas el que será tu templo de lo que serás el dueño….

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